11 de abril de 2010

El sexto sentido

Es habitual encontrar en las grandes empresas aplicaciones de software de Business Intelligence. Esto permite tratar grandes cantidades de información para generar informes o cuadros de datos que ayudan a la toma de decisiones. Por ejemplo, si tenemos una cadena de restaurantes de cadena rápida, será difícil conocer qué platos son más rentables. El BI puede ayudarnos a procesar toda la información referente a los pedidos de los clientes, coste de preparación, beneficio y finalmente rentabilidad de cada unos de nuestros suculentos manjares. Una vez hecho el desarrollo pertinente, pulsando una tecla obtendríamos un cuadro con los datos claves, que nos permitiría saber que el plato con el que ganamos más dinero es con la SúperBurger Plus de Bacon y que las Alitas de Pollo Texanas nos hacen perder 0,7 € por ración. Evidentemente, cuántos más datos tengamos y mayor cantidad de variables haya que considerar, más sentido tiene aplicar el BI.

Si nuestro negocio es pequeño, nosotros mismos nos construiremos unas hojitas excel que nos agrupen y normalicen los datos y nos presenten un resumen que nos ayude a decidir. Si nuestro negocio es muy pequeño o tenemos años de experiencia probablemente tengamos todos los datos en la cabeza y no nos haga falta ponerlo por escrito (como dicen que hacen los agricultores).También podemos ser superdotados y ser capaces de procesar un sinnúmero de datos, como hace Ozymandias en WATCHMEN, quien contempla cientos de pantallas de televisión al mismo tiempo para inferir sentimientos globales y así posicionar sus productos con éxito en el mercado.




Por supuesto, como seres racionales que somos, nosotros mismos realizamos constantemente infinidad de procesos de análisis de información para la toma de decisiones: "...mmmm, el  menú de la SuperBurger Plus de Bacon tiene buena pinta, sin embargo, por el mismo precio tengo las Alitas de Pollo Texanas y 3 conos de helado MegaPringy...". Por otra parte, en muchas ocasiones, cuánta más información tenemos, más difícil nos resulta tomar una decisión: "...mmmm, leí que el caramelo que lleva el helado MegaPringy tiene 250 kcal y Mauricio me contó que un amigo suyo encontró en sus Alitas de Pollo Texanas una ficha negra de damas...". 

Sin embargo, esto sucede con nuestras decisiones conscientes. Nuestro cerebro es un súper-ordenador que procesa cientos de miles de pedacitos de información constantemente, de los cuales utilizamos tan sólo una pequeña parte para tomar decisiones (abrir la puerta que está cerrada, ponernos en la cola con menos gente) reflexivamente. Al mismo tiempo, nuestro cerebro procesa cantidades ingentes de información de manera inconsciente y nos presenta el resultado sin que sepamos de dónde ha salido ("el pollo frito nos da acidez, bip bip, el helado OK que hace calor, bip bip, la rubia del fondo ha pedido ensalada, bip bip...lo mejor será una Jules-Royal Burguer con helado, biiiip").

Este procesamiento en el backoffice es lo que muchas veces llamamos el sexto sentido, el instinto, un presentimiento: cuando conocemos a alguien y no nos cae bien pero no sabemos porqué, cuando vamos de compras y después de probarnos 7 pantalones nos quedamos con el primero que habíamos fichado, cuando no firmamos con esa empresa que nos está haciendo una oferta tan buena, etc. Este proceso nos ha ayudado a mantenernos vivos muchos años cuando éramos monos desnudos, y sin duda ahora es cuando más podemos aprovecharnos de ello, dada la saturación informativa que sufrimos. En fin, os recomiendo que veáis el programa de Redes de hace unas semanas, en el que San Eduardo Punset trataba de todo esto mucho mejor de lo que yo pueda hacer:



Por cierto, el otro día leí un buen truco para tomar una decisión complicada: coge una moneda y asigna cara o cruz a las posibles opciones. Cuando lances la moneda al aire, sabrás qué es lo que quieres que salga. El truco me encanta, porque asignas conscientemente tomar una decisión inconscientemente y además porque estás haciendo outsourcing con tu propio cerebro...

 

4 comentarios:

  1. Un post muy ameno! Como han coincidido otros reto-bloggers, de nada vale que te venga un Mauricio a explotarte los datos si luego tus hamburguesas son incomestibles (salvo que seas Mc Donalds claro).

    Hay algunos bares "de toda la vida" que siguen haciendo las cuentas a tiza en la barra y les va de PM, porque sirven BUENA COMIDA y TIRAN LAS CAÑAS COMO HAY QUE TIRARLAS.

    Háblale tu a Lucio de BI ;)

    ResponderEliminar
  2. bien tratado Sergio sí señor, y la cita al Punset muy acertada que sin duda es quien mejor (por lo que dice y no por cómo lo dice) puede hablar de estas historietas... y los Clash para acabar han sido una guinda muy digna!! ;)

    ResponderEliminar
  3. Conclusión: lo mejor es tomarse una caña bien fresquita, escuchando a los Clash o similar (bip bip) : )

    ResponderEliminar
  4. Sergio, veo que te interesan las neurociencias, la visión evolutiva del ser humano y las cositas de Punset. Por si no la conoces te recomiendo esta web: http://www.terceracultura.net/tc/
    Es la modesta representante española de algo que está muy desarrollado en Estados Unidos y en Reino Unido. Trae artículos interesantes además de un montón de links. Un abrazo.

    ResponderEliminar