27 de marzo de 2011

Nuevos horarios

Como sabéis casi todos, últimamente tengo una agenda bastante apretadita: después de  montar una tienda online de running, empecé en una empresa de biotecnología para desarrollar su plan de negocio, tenemos la casa recién salida de una obra con infinidad de detalles por cerrar y fuí padre por vez primera no hace aún tres meses. A todo esto, hoy se ha añadido una nueva variable: mi perra Sera. Un par de días antes del parto la llevamos a casa de unos amigos para no volvernos locos con la mudanza de la obra, aprender a ser padres, etc.. Hoy, y mucho después de lo previsto, la he vuelto a traer a casa. Eso significa otra cuenta de gasto en mi maltrecha contabilidad temporal: hay que pasearla dos veces al día, jugar con ella, llevarla al veterinario, etc (todo cosas que realmente me apetece hacer porque me lo paso muy bien con mi perra). Por otra parte he decidido llevar adelante mi pluriempleo al 100% -al menos mientras consiga mantener un entendimiento básico con los socios de la biotech- y empiezo a necesitar urgentemente volver a practicar deporte, tanto por temas físicos (+5 Kg) como mentales (chute de endorfinas); por lo que las 24 horas del día se me van a quedar muy muy cortas con el planteamiento actual.

Así que voy a intentar algo que me da vueltas en la cabeza desde hace años: cambiar mis horarios para ser más productivo. Actualmente yo empiezo a trabajar a eso de las 9-930. Salgo de la oficina alrededor de las 2030, lo que ha significado hasta ahora llegar a casa justo para hacerle el relevo a mi mujer en el último turno con la niña: risas, baño, pañales y dejarla dormida. De ahí a que mi mujer se duerma tenemos un tiempo neto de una hora u hora y media para comentar el día, hacer planes y esas cosas del matrimonio. Es a partir de media noche cuando tengo "tiempo libre": leer los post del Reto, leer algo, raramente trabajar y sobre todo mi afición preferida: encontrar alguna peli -obra maestra o serie B trasher, me da igual- y tragármela hasta las 2 ó 2 y media que me voy a dormir...

Sin embargo, a partir de mañana voy a intentar algo nuevo. Voy a madrugar en plan sueco para estar en la oficina a las 730 y salir a eso de las 1830. Además, como todos los gurús de la productividad repiten, las primeras horas del día son las mejores (aunque sólo sea porque no hay nadie más en la oficina). De esta manera espero rendir más y sobre todo, llegar a casa bastante antes y tener más tiempo de calidad para quien verdaderamente importa.

En fin, quizá este post no sea el más emocionante que has leído en mucho tiempo, castigado lector, pero quería ponerlo por escrito y además hacerlo público, a ver si así me ayuda a conseguir mi propósito de dejar de ser Batman y empezar a ser Superman...



20 de marzo de 2011

Hacer un mundo mejor

Si hace un par de semana comentaba que el Reto Blogger es el sitio adecuado para lanzar preguntas profundas, al respecto del tema de A dónde vamos, lo de esta semana ya es de guasa...  hacer un  mundo mejor, ahí es nada.

La verdad es que a las horas a la que escribo muchos de los RetoBloggers ya han publicado sus posts semanales, aportando tanto enfoques micro -qué puedo hacer yo- y macro -qué hacer a nivel global- con algunas ideas muy interesantes y algunas... eh... originales...

Entre todos esos posts ya se mencionan todas las ideas que yo pudiera tener al respecto y alguna que otra más, pero voy a intentar aportar valor con una breve lista de cosas que creo que nos ayudarían a conseguir un mundo mejor:

1. Sé honesto. No mientas, no robes.
2. Sé compasivo. Ponte en el lugar de los otros.
3. Sacríficate por otros. Antepón el bien común al tuyo personal.
4. Participa. Sé una parte activa de la sociedad, no te conformes con lo que te dan si  crees que no es bueno. Vota. Haz grupos de Facebook. Ve a manifestaciones. Escribe un blog.
5. Piensa en el planeta. De momento sólo tenemos uno...

***
Por otra parte, si analizamos la pirámide de Maslow a nivel planetario, es descorazonador comprobar que la mayor parte de la población aún se encuentra luchando por salir del primer escalón, mientras que la minoría que domina el planeta se encuentra en el último con escaso interés por los demás, por lo que el equilibrio es imposible...



Vamos, que no lo veo nada claro, o a lo mejor es que es domingo por la tarde...

13 de marzo de 2011

En qué me gustaría trabajar

PLANTEAMIENTO

Esta semana y sin necesidad de hacerlo a causa de una temática impuesta voy a mojarme y a tocar un tema personal. Hablé hace tiempo de cómo había que luchar para salir de la rutina diaria que nos convertía en trenes zombies. Lo escribí orgulloso porque el año pasado había tomado una drástica decisión y decidí invertir mi tiempo, sacrificar mis ingresos como trabajador por cuenta ajena y apostar mis ahorros en crear una empresa propia. Lo curioso/estúpido fue que cuando inicié esa etapa no sabía a qué iba a dedicarse mi empresa, aunque sentía que ya había llegado el momento. Para empezar, mi curva de aprendizaje como gestor de empresas ya se había ralentizado, por otra parte, disponía de ciertos ahorros ya que, para disgusto de mis padres, siempre me he negado a comprar un inmovilizado (menos el coche, ah no, que no es inmovilizado porque se mueve, o sí? ... nunca seré un gran contable...), y para terminar, en donde trabajaba se iba a realizar un cambio estratégico con el que no estaba de acuerdo. Así que dí el salto y me pasé varios meses full-time a decidir a dónde podía llegar con mis ahorros y capacidades (y domicilio). En un principio consideré seguir en el sector biotecnológico pero requería de excesivo capital para intentar algo por mi mismo. Después, tuve una etapa de análisis del sector franquicias, pero ninguna me convenció. Durante esos meses me fui dando cuenta de lo complicado que es hoy en día llegar a tener éxito, sin ser un fuera de serie o disponer de amplios recursos, debido a la amplísima oferta /competenciaque hay hoy en día en todos los sectores. El caso es que llegué a la conclusión de que la única manera de tener una empresa exitosa, pasaba por utilizar la palanca Internet. Así que invertí otros meses en aprender que era eso de Twitter, Yelp o Etsy y en analizar por qué ganaban dinero, si eran modelos replicables a España, si yo estaba en condiciones de hacerlo, etc. Por otra parte, desarrollar un servicio se me antojaba harto arriesgado: necesitas buenos programadores y bastante tiempo, lo que significa recursos, y por otra parte nadie te garantizaba que fueras a tener un mínimo éxito. Así que en paralelo fui considerando una opción más tangible: comercio electrónico. A su favor tenía que en caso de ir mal, siempre puedes liquidar tus existencias (mientras que no puedes capitalizar un software que no interesa a nadie), además de que parecía que finalmente ya había cultura de Internet y masa crítica de internautas... Así que al final llegué a dos posibles opciones: adaptar un servicio web que había fichado en USA o dedicarme al e-commerce. La segunda opción me parecía mucho mas sencilla y dejé aparcada la primera opción para más adelante (además que  a mi amigo-gurú-de-Internet no le convencía la idea).

Dentro del e-commerce, también estuve analizando que mercancía podía vender. Tenía que tener el suficiente valor unitario para soportar el coste logístico, ser algo novedoso en el mercado y sobre todo que fuera algo con lo que me sintiera identificado. Finalmente me decidí por el running, un sector en crecimiento y con tiendas web españolas muy poco desarrolladas. De ahí nació DEPORR, que me llevó muchísimo más tiempo y trabajo poner a punto de lo que había previsto.

El caso es que cuando estaba a punto de publicar la web, me llamaron por si quería tomar las riendas de otra empresa de biotecnología, y además del sector de la energía, uno de los sectores que más atractivos me parecen. Ya que tenía la mayor parte del trabajo hecho decidí contratar a alguien que se ocupara de la web y dedicarme a este nuevo proyecto, tanto por lo atractivo del mismo como por el pequeño canguelo financiero que me atenazaba. Yo me ocuparía de la web los fines de semana...

Eso ya fue hace unos meses. Me costó mucho encontrar a la persona adecuada, además que las últimas semanas de desarrollo se alargaron ya que dejé de hacer un seguimiento exhaustivo a los programadores, así que con los ajustes de última hora, apenas tenemos la web publicada desde hace unas semanas, con escaso éxito desde entonces.

NUDO

Hoy en día la web está en marcha aunque no hemos iniciado ninguna acción de marketing offline u online. En el nuevo proyecto biotecnológico me encuentro exactamente en el mismo punto que hace 2 años: me estoy dejando la piel en una empresa que no es la mía y empiezo a no estar de acuerdo en los planteamientos que realizan los socios. Así que, ¿qué estoy haciendo?, ¿qué quiero hacer?.

Realmente quiero ser empresario. Quiero aportar algo a la sociedad, quiero tener independencia de actuación, quiero ganar dinero, pero ¿cómo se hace eso?, ¿cómo se consigue?. Estas son las dudas que me asaltaron hace 2 años y que han vuelto a mí con la fuerza de un tsunami. Y así estoy ahora, sufrido lector, en un cruce de caminos, en un nudo gordiano que no se por dónde cortar...

En definitiva y para dar sentido al título del post, a mí realmente lo que me gustaría hacer es invertir en empresas. Me gusta la ciencia, la tecnología, la innovación, y me encantaría tener el privilegio de participar en el desarrollo de iniciativas emprendedoras.

Ahí es a donde quiero llegar. Aquí es dónde estoy.


DESENLACE... ¿?


6 de marzo de 2011

A dónde vamos

Gran tema el que tenemos esta semana en El Reto Blogger. Aunque pueda parecer que el amigo Moli haya pecado de ambicioso, en realidad no es así. El Reto Blogger es el lugar adecuado donde plantear preguntas de gran calado, cuestiones metafísicas que corroen nuestra alma y nuestro intelecto o dudas existenciales que nos atormentan en las largas noches de invierno. Pues bien, dentro de la variedad de interpretaciones que se pueden dar a la preguntita, yo me voy a decantar por una de las teorías favoritas de los frikis internautas: la singularidad tecnológica. 

La singularidad (que también es el punto en un agujero negro más allá del horizonte de sucesos, Summers-que-le-veo...) tecnológica se refiere al momento en el futuro en el que el desarrollo humano se ha acelerado de tal manera que casi cualquier cosa podría suceder, dificultando nuestras predicciones (y responder al tema de hoy...).  Esta teoría se fundamenta en la evidente aceleración que ha experimentado la raza humana en los últimos 200 años si lo comparamos con los milenios anteriores.



En este gráfico tan chulo, se ha extrapolado un línea que muestra como 15 cambios de paradigma acaecidos en la historia de la Humanidad siguen una tendencia exponencial. El gráfico es obra de Ray Kurzweil, una de las personas más interesantes del planeta y de quién tenía ganas de hablaros desde hace tiempo. El amigo Kurzweil cuando aún estaba en el instituto programó su propio sintetizador... en el año 1965! Con 20 años vendió su primera empresa mientras aún estudiaba en el MIT, y durante la década de los '70 le dió tiempo a inventar el primer escáner de texto y a desarrollar con Stevie Wonder los primeros sintetizadores modernos de la historia de la música (que tanto daño han hecho por otra parte).


Posteriormente desarrolló los primeros programas de reconocimiento de voz, y se ganó por siempre un sitio en el panteón de genios americanos. Bien, pues Kurzweil es un gran defensor de la teoría de la singularidad tecnológica, habiendo fundado incluso la Singularity University (vídeos muy recomendables). Kurzweil opina que la singularidad llevará al Transhumanismo, en el que la humanidad se fundirá con la tecnología a todos los niveles, biónico, cibernético y neuronal. Él cree que llegará el día en que seremos capaces incluso de descargar nuestra memoria y cargarla en un nuevo cuerpo, por lo que la humanidad habrá alcanzado la inmortalidad. Su mayor preocupación ahora mismo es llegar vivo a ese momento, por lo que mantiene una dieta súper estricta de suplementos vitamínicos que prolonguen su vida hasta entoces...

En fin, estas teorías tienen sus detractores, por supuesto. A mí me parecen muy interesantes, aunque por desgracia creo que no llegaremos a alcanzarlas. Yo soy de la opinión de que cuando lleguemos a la Singularidad Tecnológica, desarrollaremos una superinteligencia artificial, que llegará a la evidente conclusión de que el planeta estaría mejor sin la raza humana... Y empezará la caza del hombre por la máquina...