31 de enero de 2012

Resumen del año

Hola de nuevo, mis apreciados y poco atendidos lectores...

Casi ha pasado un año desde mi última entrada, por lo que en este primer post del año y que marca el inicio de mi participación en el RetoBlogger 2012, me parece adecuado hacer un pequeño resumen de lo sucedido hasta ahora. 

Empezando por el mismo Reto, este año se presenta, de nuevo, con novedades en su funcionamiento. En esta edición vamos a realizar 12 posts a lo largo de todo el año, por lo que -como muchos ya habréis deducido como mentes preclaras que sois, hecho demostrable puesto que estáis leyendo este blog- realizaremos un post al mes. De estos posts, los correspondientes a los meses impares serán de temática libre y aquellos de los meses pares tratarán sobre la evolución de un reto personal que hemos definido cada uno para este año 2012. De esta manera, esperamos que al finalizar el año, con el último post demos cuenta del éxito en cada uno de nuestros retos. Entre aquellos que hayan conseguido realizar su reto personal el ganador será el que tenga mayor puntuación, pues los post mensuales vienen votados por el resto de miembros del Reto a lo largo del año. 

Así pues, este año no habrá eliminaciones parciales, sino que todos participaremos hasta el final, se quitan las temáticas comunes, y se incorpora el concepto de reto personal. Veremos que tal resulta después del apagado fin de curso del año pasado.

Cambiando de capítulo, el tema laboral se ha presentado especialmente movido este año. Empecé el año como director general de Synergia Bio, una empresa de biotecnología dedicada al estudio/cultivo/explotación de cultivos energéticos (especialmente Euphorbia latyris para Repsol). A pesar de que todas mis alarmas se activaron ante la idea de volver a trabajar en proyectos de biotecnología en España (poco dinero, muchos egos), el cruce de caminos en el que se desenvolvía la empresa -biotecnología, agricultura, energía- me atraía poderosamente. Sin embargo, antes incluso de cumplir el primer año salí espantado de la misma. No sólo cumplia con los tópicos de manera acentuada sino que Synergia Bio es sobre todo un vehículo de enriquecimiento de sus socios. Esto no me parecería mal en absoluto si no fuera porque los caminos que se han seguido incluyen el desvío de subvenciones públicas mediante prevaricación, apropiación de fondos públicos por medio de terceras empresas y falseamiento de datos científicos clave para los clientes industriales. Por desgracia para mí, mis convicciones morales hacen este tipo de empresa incompatible conmigo. De ahí mi rápida salida (avisando con los tres meses habituales en dirección), donde con gran estilo y señorío no faltó el impago del último mes de servicio. Desde aquí todo mi cariño para los socios, los hermanos Carlos Vera y Pablo Vera (del CSIC, como está el patio...), a los que deseo todo el éxito que se merecen.

El caso es que el mismo día (bueno, vale, un poco antes...) que terminé en Synergia Bio, tuve claro que ya era el momento de perseguir -por qué no decirlo- mis sueños sin tomar más desvíos, que como adelanté en algún post pretérito en este mismo canal consisten en llegar a ser un VC (venture capitalist o resumiendo muchísmo: inversor en start-ups) por mis propios medios. De esta manera, me estoy dedicando a tiempo completo a DEPORR, que ha de ser la primera piedra de mis sueños... (espero que aprecieis la metáfora basada en elementos antagónicos).


Por último, y lo más importante, en el aspecto familiar este ha sido el año más feliz de mi vida. Y es que el 6 de enero vino al mundo mi hija Paula, que no ha dejado de alegrarme el corazón ni un solo día. Después de un año con ella, mi mayor temor no es otro que según vaya creciendo y se convierta en una niña, algún día pueda llegar a olvidar cada uno de los momentos que nos ha regalado a mi mujer y a mí. Otros padres con hijos más mayores nos han dicho que según los niños van creciendo van cerrando etapas y convirtiéndose en distintas personitas. Así que, aquí es donde entra este blog, para servirme de sencillo registro escrito de algunos de esos instantes que no quiero olvidar nunca, más allá de películas y fotos que nunca capturan el momento preciso, cotidiano y auténtico...

A lo largo de este año, Paula se ponía de pie y se caía continuamente en el hotel del verano pasado para jugar con una bandeja de fruta de una mesita baja (bendita moqueta), aprendió muy pronto a hacer pedorretas y fue muy generosa a la hora de repartirlas, le encantaba hacer el torpedo en la bañera vertical tummy-tub, se parte de risa cuando me escondo detrás del sillón y le doy sustos, se queda como cataléptica en los paseos en sillita, últimamente le ha dado por peinarnos a todos y a si misma con las manos, el cepillo u otro objeto que pase por allí, empezó bailando música moviendo los brazos arriba y abajo pero en seguida pasó a menear el culete arriba y abajo, al principio de las papillas había que engañarla con el chupete entre las cucharadas para que no llorara, por supuesto le encanta hablar por el móvil, tocar "el" botón del iPad y manejar el mando de la tele o de las persianas o del ventilador apuntando propiamente, le chifla pasar por la oficina y pegar y despegar imanes, trepar por el escabel, abrir los armarios y meterse en una caja y que la deslice por el suelo a toda velocidad, muy pequeñita empezó a dar "besos": aplica la boca en tu mejilla y hace un ahh húmedo, se ríe sin dientes cuando le quito el pañal y le digo snif, snif, ¿tienes pis?, ahora cuando está en el coche en marcha hace un gorjeo ininteligible de alegría (que solo dura unos minutos, en seguida se quiere bajar de la sillita), desde hace meses, cuando alguien tose ella también y se pone muy seria, cuando le hice los ejercicios para que se quedara dormida sola en su cuna, se incorporaba una y otra vez, hasta que muerta de cansancio se desplomaba y quedaba en las posturas más absurdas (y tenía que colocarla sin reírme para que no se despertara y volviéramos a empezar), en la bañera hace burbujas y le pone jabón a la muñeca y se lava la cabeza (de momento solo por los lados), le gusta cogerme de las manos para que la lleve andando deprisa, deprisa, y baja la cabeza de la velocidad que alcanzamos, es experta en cerrar puertas y si le decimos, cuidado con los deditos, después de cerrar intenta meter el dedo en la ranura, abre muy bien los cajones de las mesillas y saca todo el contenido de una manera muy metódica y lo lleva a quien esté más cerca, con las maletas sin embargo no es tan cuidadosa y esparce el contenido por el suelo muy rápidamente, como si le molestara que la ropa esté dentro, ha descubierto que el biberón del agua es más divertido cuando se pone boca abajo sobre el suelo, desde hace un par de semanas ya quiere coger ella la cuchara al final de la papilla con un ratio 25/75 boca/cara, no se por qué cuando le pongo la ropa y contamos los deditos a ver si están todos me muerde un dedo, cuando se despierta y ya no quiere dormir más, hace lanzamiento de chupetes fuera de la cuna, pero si la coges en brazos, se preocupa de tirarlos dentro, le gusta mucho llevarte un cuento y que veas con ella dos o tres páginas, luego se aburre, aprendió a caminar con la ayuda de un cochecito que iba empujando por la casa, que compramos para que dejara de empujar sillas de un lado a otro, el bidé fue un gran descubrimiento que parece que ya ha perdido su atractivo, igual que los enchufes, en el baño del pasillo siempre quita y pone varias veces la lamparita barbapapa de su soporte y casi siempre toca el tambor en la caja de hojalata que está al lado, ya casi nunca coge su cesto de la ropa sucia y lo vacía en la bañera, soltando un ohhhh con cada prenda que cae, cuando se hace muy tarde jugando y le entra sueño, a veces te coge de la mano y te lleva a su habitación para que tomes las medidas oportunas, después de dos caídas desde nuestra cama, mi mujer le enseñó a bajar -de culete, Paula, baja de culete- con una técnica muy perfeccionada, su vocabulario actual incluye apá (papá), má (mamá), amá (lo quiero), ehh (no), tá (Sera, la perrita), aya (hola) e ita (abuelita), por cierto le encanta tocar a Sera en el lomo y las pezuñas, pero la perrita no lo tiene muy claro, en verano disfrutó mucho con el agua, en la piscina, en la playa y con una manguera...

En fin, desde los lloros acompasados de los primeros días hasta perseguir a Sera por la casa y meterse detrás de ella debajo de nuestra cama, han pasado 12 meses y medio. Me entristece que ella no vaya a recordar todas las aventuritas y juegos de este año, así que aquí quedan muchas de ellas para que quizá algún día ella lo lea y yo no lo olvide nunca.